Un año antes, las instalaciones de la Patrulla Fronteriza donde fueron procesados los menores fueron tildadas como “hieleras” o “jaulas”. Los centros fueron luego reacondicionados, pero las actuales instalaciones “no son mucho mejores” que las anteriores, dice el periódico.
“Los jóvenes esperan en celdas estrechas y austeras con pisos y bancos de concreto. Las luces permanecen encendidas las 24 horas del día”, según relatos de agentes. “Y hay pocos lugares para jugar”.
“Muchos de nosotros, tal vez la mayoría de nosotros, somos padres”, agregó Miller a periodistas el miércoles. “Yo mismo tengo un hijo de 6 años, y estos agentes de la Patrulla Fronteriza van más allá todos los días para cuidarlos”.
En abril del 2020 la Patrulla Fronteriza había advertido que, a pesar de la pandemia del coronavirus, se registraba un aumento en la llegada de inmigrantes que vienen a Estados Unidos en busca de asilo.
En noviembre, siete meses más tarde, la oleada aumentó tras el fallo de una corte federal en Washington DC que prohibió al gobierno de Trump retener y deportar a menores no acompañados y ajustarse a lo estipulado en el Acuerdo Judicial Flores de 1997, para que sea un juez de inmigración quien decida sus futuros en el país.
Pero tras la victoria de Biden en los comicios presidenciales, la promesa de presentar en sus primeros 100 días una reforma migratoria y revertir la política de tolerancia cero de Trump, la llegada y el número de extranjeros detenidos en la frontera con México alcanzas cifras preocupantes, con más de 100,000 sólo en las últimas cuatro semanas.
Entre las primeras acciones emprendidas por Biden para encarar el problema se incluye la cancelación del Programa de Protección del Migrante (MPP), que entre enero de 2019 y el 2020 regresó a México a unos 65,000 inmigrantes a esperar la resolución de sus casos de asilo en la Corte de Inmigración de Estados Unidos, y el levantamiento del estado de emergencia.
Ambas medidas activaron el Acuerdo Flores y la Ley TVPRA de 2008 sobre prevención de tráfico humano, medidas que ponen en aprietos al gobierno porque no cuenta con una infraestructura adecuada para responder a una crisis que crece con el paso de los días.
“No vengan”
Mientras el gobierno prosigue con la implementación de medidas para contener la emergencia, entre ellas la habilitación de centros de atención para menores no acompañados y familias, funcionarios reiteran a los inmigrantes que no viajen a la frontera.
También advierten a los extranjeros que huyen de sus países que necesita más tiempo para reconstruir el sistema y prepararlo para cumplir con lo establecido por el Acuerdo Flores y la Ley TVPRA de 2008, pero el mensaje no parece estar funcionando.
Además de apurar el paso para cumplir con las promesas de campaña del presidente, el gobierno compite contra las organizaciones de contrabando que alientan a los migrantes a cruzar ahora, aprovechando que el cambio de política trajo consigo un cambio en la manera de procesar a los detenidos en la frontera.
“Estados Unidos continúa aplicando estrictamente nuestras leyes de inmigración y medidas de seguridad fronterizas existentes”, dijo Miller en un comunicado citado por el Post. “Quienes intentan cruzar la frontera sin pasar por los puertos de entrada deben comprender que se están poniendo en peligro a sí mismos y a sus familias, especialmente durante la pandemia”.
El miércoles la Casa Blanca reiteró que la frontera “no está abierta”, un llamado que el gobierno repite desde el pasado 20 de enero, cuando Biden tomó el mando de la nación.
Fuente: Univision.com