“Todos los niños de este país, independientemente de sus circunstancias, merecen la protección y el cuidado que esperaríamos para nuestros propios hijos”, dijo en un comunicado Xavier Becerra, secretario de Salud y Servicios Humanos, una dependencia que el año pasado recibió a más de 130,000 menores no acompañados, tres veces más que hace cinco años.
Del trabajo nocturno a la escuela
Pero el trato que recibieron esos 102 adolescentes que estaban en la nómina de la empresa PSSI no era precisamente el más digno. A pesar de sus rostros y cuerpos infantiles, sus supervisores les exigían trabajar tan duro como sus compañeros adultos y enfrentar los mismos riesgos.
Algunos menores dijeron en las entrevistas con los inspectores que limpiaban las procesadoras de carne de 11:00 pm a 7:00 am, sin tener un solo día de descanso. Otros revelaron que se habían quemado las manos con los químicos o que dejaron de estudiar por cansancio.
“Debes estar preparado para soportar temperaturas extremas y cambiantes de caliente a frío, resistir la humedad y trabajar con químicos”, advertía un video de PSSI que veía el nuevo personal.
“Tienes que trabajar alrededor de peligrosas máquinas, usar químicos potentes, trabajar en las alturas y mantenerte alerta todo el tiempo”, agrega la grabación, que esta semana seguía en YouTube.
Un adolescente empuja restos de animales en una planta en Worthington, Minnesota. Crédito: Departamento del Trabajo
Además de las entrevistas, los oficiales del Departamento del Trabajo verificaron las edades de estos menores solicitando registros en las escuelas a las cuales acudían. Varios estaban inscritos en la preparatoria Grand Island Senior y en la secundaria Walnut, en Nebraska, que están a pocas millas de la planta. Marcaban su salida laboral y se iban directo al instituto. Por eso se dormían en clase.
Uno de ellos, identificado como ‘Niño B’, confesó que lo contrataron cuando tenía 14 años, que su jornada era de 11:00 pm a 5:00 am y afirmó que trabajaba hasta seis días de la semana. Su labor era limpiar máquinas “usadas para cortar carne”. Lo hizo desde diciembre de 2021 y hasta abril de 2022, mientras estuvo matriculado en la escuela Walnut.
El reporte del inspector indica que este adolescente le dijo que “se queda dormido en clase o falta a la escuela” por los desvelos, y que además “sufrió lesiones por quemaduras con químicos”. Un escaneo facial que comparó las fotos de sus credenciales de empleado y de estudiante, verificó su verdadera fecha de nacimiento.
Otro menor dijo que también se había lastimado con los químicos. Él tomó el trabajo cuando solo tenía 13 años. En su momento fue el más pequeño de todos. Su tarea, describió, consistía en limpiar un piso que solía estar teñido de sangre. Su horario era de 11:00 pm a 7:00 am, aunque a veces salía a las 5:00 am y podía dormir unas horas más. También revisaron sus credenciales del trabajo y la escuela. En ambos sitios puso a la misma persona como contacto de emergencia.
La preparatoria Grand Island Senior, en Nebraska. Crédito: Google Earth
Cuando los inspectores recorrían la planta de Grand Island escuchaban con dificultad lo que les decían estos adolescentes, debido al ruido de la maquinaria. A pesar del vapor por el agua caliente que limitaba su visibilidad, pudieron identificar a los empleados con rostros infantiles y los fotografiaron.
‘Niño I’, como lo registraron en el informe, dijo que hacía poco había dejado de asistir a la preparatoria porque “estaba cansado y estaba trabajando”. Con base a los reportes laborales y los de su escuela se determinó que había tomado el empleo en PSSI desde que tenía 17 años.
Cuando estaba a punto de concluir la jornada laboral, ya por la mañana, los inspectores se acercaron a un empleado “que parecía ser menor de edad”, indica el reporte del Departamento del Trabajo.
Fue evasivo: solo les dio un número de teléfono y un correo electrónico. “Negó estar inscrito en la escuela y se fue de la entrevista alegando que su transporte lo estaba esperando”. Más tarde confirmaron que también era alumno de la preparatoria Grand Island Senior High y que tenía 17 años cuando comenzó a trabajar en el tercer turno, el 13 de octubre de 2022.
Otro menor explotado, ‘Niño M’, fue entrevistado en la planta y afuera de la preparatoria Grand Island Senior, donde confesó que tenía 17 años y que desde hacía varias semanas limpiaba el matadero. “También admitió que ‘muchos otros’ estudiantes también trabajan para PSSI”, señala el reporte.
Hasta la publicación de esta nota, funcionarios de las Escuelas Públicas Grand Island no respondieron a las preguntas enviadas por Univision Noticias sobre qué medidas estaba implementando para identificar y ayudar a estos estudiantes. Por error, una empleada del distrito envió un correo electrónico interno a este medio, en el cual indicaba que no estaban respondiendo los cuestionamientos de la prensa.
“Amablemente decimos que no y (el apellido de un empleado) usará el mismo lenguaje que ha usado con otras solicitudes similares”, se leía en el email.
Otro empleado con aspecto de adolescente trabaja en la planta de Grand Island. Crédito: Departamento del Trabajo
Los alumnos de la Marshall Senior
Los inspectores del Departamento del Trabajo también fueron a la procesadora de carne Turkey Valley Farms de Minnesota y descubrieron que algunos trabajadores eran alumnos de la preparatoria Marshall Senior, que está a solo 2.9 millas de dicha instalación.
El ‘Niño S’, como lo identifica el gobierno federal, reveló que llevaba ocho meses limpiando la planta y que había comenzado desde que tenía 16 años. Durante el período escolar su jornada era de 10:00 pm a 4:00 am y se extendía dos horas más en las vacaciones de verano.
Por su parte, el ‘Niño T’, fue entrevistado en la Marshall Senior, dio su fecha de nacimiento real y admitió que le habían dado trabajo cuando tenía 17 años. Dijo que en “todos sabían” que era menor.
Preparatoria Marshall Senior en Minnesota. Crédito: Google Earth
El superintendente Jeremy Williams, a cargo de la Marshall Senior y otras escuelas, aseguró que estaban apoyando a estos alumnos migrantes, pero no especificó qué tipo de ayuda les han ofrecido.
“Las Escuelas Públicas Marshall se toman en serio la seguridad, la protección y el bienestar de nuestros estudiantes y nuestro personal trabaja en estrecha colaboración con los alumnos y las familias para garantizar que tengan todo el apoyo que podamos brindar”, dijo Williams en una breve declaración enviada a este medio.
DHS investiga tráfico laboral, según reporte
El hecho que varios menores migrantes de una misma escuela trabajaran limpiando estas procesadoras de carne, ha despertado sospechas de las autoridades migratorias.
De hecho, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) investiga si al menos 50 de estos adolescentes fueron víctimas de tráfico laboral, es decir, que los trajeron específicamente a trabajar a esos sitios, informó NBC News a mediados de enero citando fuentes anónimas.
Algunos niños de Grand Island, Nebraska, han sido entrevistados por agentes de la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), según el mismo medio.
Pero hasta ahora la contratista PSSI, que tiene más de 17,000 empleados en 700 sitios del país, no enfrenta ninguna acusación criminal y se ha deslindado de cualquier otra irregularidad.
Su vocera Gina Swenson dijo a NBC News que HSI no se había comunicado con la empresa.
“Siempre hemos tomado medidas rigurosas para cumplir con la ley, incluido el uso del sistema E-Verify (que revisa la legitimidad de los documentos que presenta un solicitante de empleo) del gobierno para las nuevas contrataciones, una amplia capacitación para todos los gerentes de contratación, múltiples auditorías y el uso de datos biométricos”, señaló la portavoz.
Lo que dice Swenson contrasta con lo que describen los oficiales del Departamento del Trabajo que visitaron la planta de Grand Island. En su informe aseguran que los gerentes y supervisores de PSSI “intentaron frustrar o manipular la recopilación de evidencia de múltiples maneras”.
Señalan que les pidieron varias veces que no tomaran fotos y trataron de “obstruir” las entrevistas. Citaban como ejemplo que un encargado habló con empleados que “parecían ser adolescentes” y cuando el inspector se acercó ellos le dijeron “que ya habían sido entrevistados y se negaron a dar sus nombres”.
En otras ocasiones, los representantes de PSSI escucharon entrevistas que debían ser privadas o se acercaron lo más posible tratando de oír qué decían los menores. Su esfuerzo fue en vano.
Fuente: Univision.com